Un pinchazo en el corazón
Hola, ya estoy aquí para contaros el 10ºdía.
Ahora estamos saliendo del campamento, porque ayer, no pudimos dormir nada, sobre todo Lía y Lucía, porque como todas las chicas, estaban obsesionadas con los bichos, no porque les gustara, sino porque les daban mucho asco, y pensaban que debajo de los sacos de dormir había 1000 garrapatas.
Ya, cuando por fin acabamos de desayunar, porque ayer no cenamos y teníamos mucho hambre, nos pusimos en marcha, íbamos a ir a ver a unos picos de piedra caliza, que decían que eran preciosas, pero la verdad es que cuando llegamos no nos impactó mucho. El guía nos dijo que le siguiéramos, y así lo hicimos. Cundo llegamos al sitio donde nos indicó, sí que nos quedamos impresionados, uy si nos quedamos, parecía diamante, eran tan preciosos que casi se nos parte el corazón por no poder coger esos picos, ni siquiera podíamos subir hasta la cima de los picos, porque eran tan suaves y resbaladizos que tan solo con tocarlo se te deslizaba la mano hacia la parte más baja de los picos. A Omar no se le ocurrió otra cosa que pegarle una patada y se desprendió una parte del pico. Se calló justo al lado de mi, pobre de mi, casi me quedo sin un brazo. Yo salí corriendo y todos fueron detrás de mí. Cuando llegue al pousse pousse me tiré al suelo y todos me imitaron. Nos quedamos mirando hacia el precioso cielo. Pero empezó a llover y nos fuimos de nuevo al campamento. Allí nos metimos en las tiendas de campañas y nos pusimos a contar historias de miedo hasta que nos quedamos dormidos.
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